Queridos hermanos:
Hoy me dirijo a vosotros con el corazón pleno de gratitud, humildad y esperanza. Acceder al cargo de Hermano Mayor tras el Cabildo de Elecciones celebrado ayer es un honor inmenso y un privilegio que asumo con la mayor responsabilidad y, sobre todo, con la convicción de que juntos podemos construir una Hermandad mejor.
Quiero agradecer profundamente la participación de todos los hermanos que, desafiando el calor reinante, concurrieron al Cabildo y depositaron su confianza en esta nueva Junta de Gobierno. Cada uno de vuestros votos representa mucho más que una papeleta: es la manifestación de vuestro interés y anhelo por construir una Hermandad mejor. De seguir avanzando y de hacer de San Bernardo ese punto de unión donde todos podamos participar para conseguir, de una institución centenaria como la nuestra, un instrumento vivo de acercamiento a Dios en estos tiempos que nos ha tocado vivir.
Quiero agradecer, igualmente, el trabajo de todo el grupo que me acompaña en esta aventura, un esfuerzo de tantas personas que, en silencio o de manera visible, han participado en este proceso con entusiasmo, paciencia y convicción.
Gracias a mi antecesor, mi amigo y hermano Francisco Javier, por su apoyo y cariño. Sabes que todos somos necesarios y que tus consejos siempre serán bien recibidos.
Gracias a quienes me han hecho llegar sus deseos, ideas e ilusiones. Gracias a quienes me habéis mostrado vuestras dudas, ya que toda crítica constructiva siempre será bien recibida. Porque este cargo no es solo un mero reconocimiento sino una llamada a servir, a escuchar y a actuar en pro de los hermanos.
Y, por supuesto, gracias a los cientos de hermanos que me habéis felicitado. No tendré vidas suficientes para poder agradeceros vuestro cariño. En particular a quienes me conocisteis siendo aquel niño que jugaba en los escalones del patio de la casa rectoral y que siempre fuisteis una referencia para mí. Vosotros sí que os merecíais este cargo.
Asumo este compromiso consciente de los desafíos a los que nos enfrentamos. Sé que las expectativas son altas y que los retos son complejos, pero las gentes de San Bernardo somos de una pasta especial y no rehuimos de nada.
Os prometo trabajar incansablemente, de la mano de todos, para honrar la confianza depositada.
Prometo mantener abiertas las puertas de la Hermandad al diálogo y a la participación, y recordar siempre que toda decisión debe estar guiada por el bien de la Hermandad y sus hermanos, y no por consideraciones personales.
Hoy comienza una nueva etapa. Os invito a que os suméis a ella cuestionando, proponiendo y construyendo. Porque cualquier avance que obtenga nuestra Hermandad no será de esta Junta de Gobierno, sino de todos vosotros.
Tenemos que conseguir legar a nuestros hijos y nietos una Hermandad mejor. Porque como me enseñaron no se es de una Junta o de otra; solo somos del Cristo de la Salud y de la Virgen del Refugio.
Un enorme abrazo a todos.
José García Rodríguez
Hermano Mayor electo