Durante los últimos meses, la empresa Musae Restauración de Arte S.L. lleva desarrollando en sus talleres (dentro del plan de mejora del patrimonio artístico que está realizando la hermandad) los procesos necesarios para la conservación y restauración del óleo sobre lienzo de La Sagrada Cena de la Hermandad Sacramental de San Bernardo.

Estos trabajos se contemplan dentro del programa de subvenciones para la conservación de bienes muebles del patrimonio histórico de carácter religioso de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía.

Se han llevado a cabo técnicas para la consolidación tanto del soporte textil como de los estratos que componen la película pictórica, retirando antiguos parches en mal estado y reintegrando piezas de tela del conjunto para una mejor conservación de la obra. Posteriormente, se ha continuado con la limpieza química del estrato de barniz superficial, retirando a su vez numerosos repintes que ocultaban la policromía original.

Además, gracias a la colaboración del Servicio de Diagnóstico de Restauración, Sanit-ARTE, de la Universidad Pablo de Olavide, se están realizando diferentes análisis científicos para determinar los materiales que componen dicha obra, desde la caracterización de pigmentos y cargas, hasta evaluar los aglutinantes y barnices empleados. Algunos de los que se están desarrollando y que ayudarán en el diagnóstico son la microscopía óptica, el microscopio electrónico de barrido, fotografías de infrarrojo a 800 nm, Rayos X y fotografías de la fluorescencia visible ultravioleta.

El estudio histórico-artístico de la obra de La Sagrada Cena lo está llevando a cabo el Historiador del Arte D. Ramsés Torres García.

La obra pictórica

La pintura muestra a Cristo en el momento exacto en que Juan, el discípulo amado, se recuesta al lado de Jesús, hecho que aparece en Juan 13,23; se consagra el pan y poco después es anunciada por el Señor la traición de Judas. La composición de las figuras sigue modelos de grabados de los siglos XVI y XVII, reagrupados los diferentes apóstoles en parejas y con un eje simétrico que marca el dosel, Jesús, el cordero y la jofaina en la zona inferior. Pintura de época barroca, posiblemente cercana al cambio de siglo entre el XVII y el XVIII, cuando la ciudad comenzaba una decadencia progresiva que terminaría cristalizando, definitivamente, la marcha de la Corte Real.

Esta obra está íntimamente ligada a la adscripción y al título que ostenta la Hermandad de San Bernardo de Sacramental, supone una parte fundamental del programa iconográfico, así como una pintura que presidió durante siglos la Sala de Cabildos, con todo lo que ello conlleva. Además, es un cuadro que posee interés iconográfico y estilístico, enmarcado en ese estilo barroco asentado de la escuela sevillana, añadiendo el marco tallado en madera. Su restauración es necesaria para recuperar todo el esplendor de una pieza que eleva el valor del patrimonio y está relacionada con el título de Sacramental. 

450 años de la Hermandad Sacramental de San Bernardo

Los inicios de la Hermandad Sacramental y Ánimas Benditas del Purgatorio de la Parroquia de San Bernardo se remonta a los tiempos de la liberación musulmana y fundación del barrio de San Bernardo por el Santo Rey Fernando III de Castilla, apresurándose entonces sus virtuosos vecinos a erigir el primer templo en acción de gracias al Todopoderoso.

Debido a las necesidades cotidianas de la vida cristiana del lugar, para que se pudiesen administrar los Sagrados Sacramentos, tenían que recurrir: bien a acudir a otras iglesias, o bien a esperar que pudieran ser celebrados en la capilla. Por ello, cada vecino guardaba en su domicilio un cirio, el cual servía para acompañar el Santo Viático cuando se había de administrar a alguien del arrabal. Tal fue el origen de esta fervorosa Hermandad del Santísimo Sacramento del arrabal de San Bernardo extramuros de Sevilla, pues se reunían todos los vecinos con sus cirios formando corporación e iban a la ciudad por la Sagrada Forma.

Con el paso de los años, fueron organizándose proyectos, se estableció la unión de todos los cristianos que allí se hallaban, constituyéndose así la Hermandad del Santísimo Sacramento, tratando de fomentar la práctica de la adoración a la Sagrada Eucaristía, a la vez que auxiliar a la Parroquia en la sacramentación de enfermos y la administración del Viático a los moribundos de la feligresía.

Al objeto de seguir paliando otras necesidades cristianas, se decidió aplicar sufragios por los hermanos difuntos, logrando hacer un enterramiento para ellos, en lo que después se convertiría en cementerio público de cristianos con el nombre de San Sebastián, acudiendo todos los domingos del mes de noviembre formados con sus cirios encendidos al campo santo a rezar el Santo Rosario, dando esto origen a la formación de la Hermandad de las Ánimas, integrada por los mismo individuos, pero con fondos separados.

Según el presbítero, José María Ruiz y García (maestro de Sagradas Ceremonias de la Santa Iglesia Catedral y después canónigo de la misma) es una de las primitivas hermandades fundadas sobre la Minerva de Santa María del Orden de Predicadores de la Ciudad de Roma. Siendo aprobadas sus primeras constituciones por el Provisor de Sevilla, Messía de Lassarte, el 2 de diciembre de 1570.

En el año de 1779 los cofrades de esta corporación deciden renovar sus ordenanzas, compuesta por veinticuatro capítulos, recibiendo la aprobación de las mismas, por parte del Real Consejo de Castilla, con fecha 4 de octubre de 1782.

En 1967 la Hermandad Sacramental y la Cofradía de Penitencia y Gloria,  quedaron fusionadas en una única, con sede canónica en el templo parroquial de San Bernardo.